Los coches eléctricos tienen innumerables ventajas que ya nadie discute. Si nos limitamos a la experiencia de conducción, el eléctrico es para la amplísima mayoría de conductores la mejor opción: suave, rápido, silencioso, etc.
Sin embargo, no se puede negar que hay una pequeña “inquietud” entre los amantes de los coches sobre si estos serán divertidos y transmitirán emociones como uno con motor térmico.
Existen algunas voces críticas entre los petrolheads más tradicionales que dicen que serán coches más aburridos. Nosotros creemos que tienen puntos muy buenos que van a crear nuevas sensaciones imposibles con un motor térmico. Es un cambio de mentalidad (yestos nunca son fáciles…) que irá calando a medida que los eléctricos con un concepto más deportivo vayan entrando en el mercado.
La disposición de elementos en el chasis de los eléctricos será un factor importante. Con un centro de gravedad mucho más bajo por la colocación de las baterías en la parte inferior estos tendrán una mejor dinámica y agilidad así como precisión en la conducción.
Otro de los aspectos más discutido es el referente a la ausencia de ruido de los motores eléctricos. Para hacer frente a esta cuestión, los fabricantes trabajan en la creación de sonidos que hagan que el conductor disfrute de la conducción, tal como explicamos aquí anteriormente. Las posibilidades son infinitas, desde la reproducción fiel del sonido de un motor térmico a sonidos futuristas impensables hasta ahora. Pero esta ausencia de ruido en sí misma podrá ser también una fuente de generación de sensaciones que hasta ahora impedía el ruido del motor: se podrá sentir mejor el agarre del neumático, la carretera y sus imperfecciones, el viento…
Para los más puristas, otra cuestión que genera debate es la ausencia de marchas. Esto tiene otras ventajas: un comportamiento más estable y sin pérdidas de potencia y una aceleración inmediata en cualquier momento por el alto par de estos motores. Trazada, frenada, aceleración y transferencia de pesos ganarán, si cabe, más importancia en la conducción. A mayores, y al igual que con el sonido, los más petrolheads podrán sentir de manera fiel y a demanda el comportamiento y sensaciones de una determinada caja de cambios. Estas se podrán imitar a través de software y algunos accesorios de hardware (levas o pomo de cambio y pedal de embrague por ejemplo) con un coste infinitamente más contenido que una caja real. Son funcionalidades que irán creándose a medida que el mercado lo vaya demandando.
Hay que señalar a mayores un mantenimiento muy reducido que seguirá limitándose principalmente a frenos y neumáticos, mientras que un deportivo de combustión exige un mantenimiento mucho más riguroso y costoso.
Desde esta redacción hemos podido comprobar en primera persona cómo es la conducción del Porsche Taycan, el primer eléctrico puro de la marca y el considerado por muchos “el primer deportivo eléctrico”. Coincidimos con la opinión unánime de la prensa especializada: espectacular. La diversión al volante de este coche está asegurada y ya se sienten algunas de las sensaciones arriba comentadas. Las divisiones más sport de cada marca ya trabajan en ello y no tardaremos en ver eléctricos bajo las siglas AMG, BMW M, Renault Sport… Sólo nos queda esperar.