España es uno de los principales productores de vehículos a nivel mundial y el segundo europeo tras Alemania. Con cerca de tres millones de vehículos anuales genera un 10% del PIB y representa el 22% de las exportaciones.
Con este contexto, el sector representa un eje estratégico a todos los niveles. En este post vamos a conocer qué cambios está experimentando la industria automovilística para aumentar su rentabilidad, cumplir con la reducción de emisiones de CO2 (lee aquí nuestro artículo “Hacia la descarbonización de la industria energética”) y no perder el tren del vehículo eléctrico. Actualmente estamos en una situación de desventaja en algunos aspectos importantes en relación a otros países como Francia o Reino Unido pero se empiezan a concretar planes relevantes que mantendrán nuestra industria como una referencia mundial.
Para impulsar la fabricación y venta del coche eléctrico será necesaria una gran inversión en producción de vehículos, componentes y sistemas de recarga. El Gobierno ha aprobado este pasado mes de julio el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC). Su objetivo: dotar a España del entorno necesario para fabricar de manera integral estos automóviles y convertir España en un hub europeo de la electromovilidad. Está basado en la colaboración público-privada y centrado en el fortalecimiento de las cadenas de valor de la industria. El desarrollo de este proyecto financiado principalmente con el Fondo de Recuperación Next Generation EU, prevé una inversión total de 24.000 millones de euros entre 2021 y 2023 y alcanzar las 250.000 matriculaciones en 2023.
Este plan tendrá que superar varios retos tecnológicos como es, el desarrollo de componentes para vehículos eléctricos, la integración de la inteligencia artificial en los procesos de producción, la conducción autónoma, el uso del 5G y la fabricación de baterías. Este último es uno de los grandes puntos estratégicos y una de las áreas de mayor innovación de cara a aumentar sus prestaciones y reducir su coste de fabricación (lee aquí nuestro primer artículo “Vida útil de las baterías”).
Por su parte, grandes marcas como Stellantis, Volkswagen o Ford están realizando y planean inversiones relevantes en nuestro país. El Grupo Volkswagen y SEAT han solicitado unirse al PERTE para crear una tercera fábrica de baterías en España (después de las de Suecia y Alemania). Con esta iniciativa encuadrada en su proyecto ‘Future: Fast Forward’, pretenden liderar la electrificación de la industria del automóvil con la producción de eléctricos urbanos a partir de 2025. La firma española será la encargada de fabricar, en Barcelona y para las diferentes marcas del grupo, 500.000 coches eléctricos al año basados en la nueva plataforma MEB Entry (enlace). Stellantis, por su parte, planea la instalación de otra gran fábrica de baterías en España para mantenerla como uno de sus principales centros de producción. Hay que destacar, además, como denominador común el peso que tendrán las renovables en estas nuevas instalaciones.
La cuota de venta de enchufables en nuestro país, aunque en clara desventaja respecto a otros países europeos, ha tenido en septiembre un peso algo superior al 8%; siendo el peso de los eléctricos del 2,7% y de los híbridos enchufables del 5,6%. Estas cuotas junto con unos espectaculares aumentos interanuales del 54% y del 178% comienzan a dar el impulso definitivo a la movilidad de bajas emisiones.