Una de las cuestiones más recurrentes desde la aparición de los primeros híbridos y eléctricos es el de la ausencia de ruido. Este placentero silencio tiene enormes ventajas a nivel de salud y bienestar tanto para los ocupantes del vehículo como para quienes les rodean.
La contaminación acústica es causa habitual de problemas de estrés y ansiedad. La ausencia de la misma, por otro lado, puede suponer un riesgo para peatones y personas con visión reducida y de audición al no detectar rápidamente el vehículo.
De cara a solucionar esta problemática, la UE ha aprobado una medida por la que a partir de Julio de 2021 todos los vehículos híbridos y eléctricos deberán incorporar un avisador sonoro. A partir de esa fecha todos los coches incluirán de serie sistemas AVAS (Acoustic Vehicle Alerting System) o SAAV por sus siglas en español (Sistema de Aviso Acústico de Vehículos). La señal acústica deberá funcionar cuando se circule a menos de 20km/h, velocidad a la que se considera que no se emite el ruido necesario para ser detectados, y cuando se inserte la marcha atrás. Deberá ser un sonido continuo, audible únicamente desde el exterior, diferenciar la maniobra que realiza el vehículo, es decir, variar su tono en función de si está acelerando, decelerando o activando la marcha atrás y tener un nivel de intensidad de entre 56 y 75 decibelios.
Los fabricantes tendrán libertad para desarrollarlo dentro de una “normalidad”. Esto ha supuesto un nuevo reto para los fabricantes, habituados a estudiar la forma de eliminar el ruido pero nunca dedicados a agregarlo. Se busca la identificación con los valores de la marca así como del propio vehículo y podemos esperar por tanto que el sonido de un Mercedes todoterreno difiera del de un deportivo de Ferrari. A pesar de que muchos llevan implementando este avisador desde hace tiempo, la búsqueda del mejor sonido se intensifica a medida que estos vehículos van ganando presencia. Marcas como BMW o Volkswagen se han puesto en contacto con importantes compositores para que crearlo. Mientras BMW trabaja con el compositor Hans Zimmer (banda sonora de Gladiator) el ID.3 incorpora ya una melodía del compositor húngaro Leslie Mandoki, bastante artificial y futurista.
No se trabaja únicamente en la creación de sonidos para el peatón sino que en algunos modelos se trabaja también en la creación de sonidos para el propio conductor como elemento de disfrute y emocional. A través del sentido del oído, los conductores perciben información de manera rápida e intuitiva durante la conducción. Por ejemplo, el chirrido característico de los neumáticos informa sobre la calidad del asfalto, la humedad o el límite de tracción; el ruido aerodinámico puede hacer referencia a la velocidad o a un cambio de rumbo en el viento; el sonido del motor o la caja de cambios hablan sobre potencia y agilidad. Los primeros se verán magnificados y la información y sensaciones que transmitirán serán mejores mientras que, a los últimos, los asociados a una mecánica tradicional, algunos los echarán de menos y será trabajo de las marcas rellenar este vacío. Por una cuestión de pasión y demanda de mercado, lo conseguirán.
Porsche, por citar un ejemplo, con su inconfundible sonido de motor bóxer de seis cilindros ha tenido un reto mayúsculo y han tenido que emplearse a fondo con el Taycan, su primer eléctrico puro. Han desarrollado el Porsche Electric Sport Sound adaptado específicamente al carácter del vehículo y a cada situación de conducción. Un sonido creado para “transmitir emoción” en palabras de la propia marca. Por el momento, todo son elogios…
Te invitamos, si no lo has hecho ya, a leer (aquí) nuestro artículo “La Naturaleza se abre camino en tiempos de coronavirus”. ¡Te gustará!